viernes, 29 de diciembre de 2017

Red Capítulo 3 [Especial de navidad 2017]

Música

El bosque, un enmarañado laberinto de arboles, y vegetación variada que se alzaba hasta donde alcanzaba la vista, Mario se abrió camino a duras penas sin perder ojo de sus pies.

-Me pregunto que demonios estoy haciendo...Ni siquiera lo conozco....
Mario dudaba ante la presencia de la amenazante e imponente naturaleza que se alzaba frente a él, pero su determinación y su buena fe superaron este sentimiento de inseguridad, dándole nuevas fuerzas para seguir adelante.

-¡Heeey! ¡Muchacho! ¡Soy yo el que te ayudó el otro día!!! ¡Si estás por aquí contesta!

Cualquier intento era inútil pues su voz se extinguía en la  inmensidad, y conforme más avanzaba más oscuro se tornaba, daba la impresión, de que el bosque lo estuviese engullendo, colmo si de las fauces de un enorme lobo se tratasen.

-Brrr.....la verdad es que este sitio me da escalofríos... Parece sacado de un cuento de terror.

Mientras más se adentraba en el bosque más oscuro se tornaba, y con cada paso que daba más perdido se encontraba, y poco a poco comenzaba a abrumarse.

-¿Dónde demonios estoy? Ya ni siquiera recuerdo por donde estaba la salida.

Exhausto de dar vueltas, se desplomó sobre el pasto con la mirada fija en la breve luz que los árboles dejaban pasar.

-Ahora que lo pienso...la verdad es que no le vendría mal un leñador a este bosque, hay demasiados árboles, además es peligroso tener un lugar tan funesto como este cerca de casa, a saber que clase de criaturas podrían anidar en este lugar.

-Hay quien dice "no existe mayor depredador que el ser humano".

Una voz desconocida hizo que Mario reaccionase golpeándose la cabeza contra el suelo.

-¿Quien va?

-Tranquilo muchacho, soy un humilde leñador que pasaba por aquí.
Un hombre de aspecto agreste. barba de dos días y un cuerpo musculoso y fornido.
Aquel monumento andante era el leñador que se encargaba de cuidar ese desastrado bosque, pensó para sí Mario.

-¿Y su nombre? Es decir, si no es mucho pedir, mi nombre es Mario soy el nieto de Marianela la..

-¿Así que el nieto de Marianela eh? Roja y tu os parecéis mucho pero al mismo tiempo sois muy diferentes....
Murmuró para si el leñador.

-Disculpa, a veces me distraigo un poco cuando estoy pensando, mi nombre es Hans encantado de conocerte muchacho, y si me lo permites, me gustaría hacerte una pregunta, no te lo tomes como una ofensa pero....me preguntaba que hacía un muchacho tan poco atlético como tu en un lugar tan desolado.

-(¿Me acaba de llamar enclenque?) Para su información no soy tan débil como usted cree, me crié en una granja ¿Sabe usted? Y por lo tanto estoy acostumbrado a realizar trabajos manuales, estoy comenzando a hartarme de que todo el mundo que vive en este bosque apartado de la civilización me diga que soy alguien débil e incapaz de valerse por si mismo.

-¿Todo el mundo? Ah....¿Has conocido a Angélica? 

-La loca de la cabaña del cazador?

-Si tú lo has dicho, esa mujer está demente, cree que las personas son lobos disfrazados.

-Si algo así me dijo, que no me fiase de las apariencias, y que los lobos esto y los lobos aquello....en fin...y también dijo algo sobre mi abuela.

-Sobre roj-cough cough....¿Marianela?

-Si, decía que tanto ella como yo eramos muy parecidos y que a ambos nos gustaba jugar con fuego, es cierto que en este bosque habita un animal de leyenda conocido como el lobo feroz, pero es eso, una leyenda, con lo cual nadie sabe si de verdad es cierto o si solo son habladurías.

-Y bueno una vez aclarado el malentendido te repetiré la pregunta,  ¿Que se te ha perdido por aquí?

-Buscaba a alguien, un joven con ropas harapientas de tez clara y cabellos castaños, ¿No lo habrá visto por casualidad verdad?

-Ahora que lo dices...creo haberlo visto en las proximidades de las cuevas cerca de la cascada, parecía bastante cansado y algo débil.

-¡Por favor dígame donde queda eso!

-Mas hacia el norte en el corazón del bosque.
Al oír la situación no tardó en poner pies en polvorosa y marchar rumbo a la cascada, le preocupaba el estado del joven.

-Pfff jajajajajaja que iluso.... tan crédulo como su infecta abuela, maldita desgraciada....no te perdonaré jamás lo que hiciste, intentaste escapar, pero ahora tu querido nieto será el pago por tus crímenes.

Las cuevas donde se suponía que el leñador había visto al joven eran un lugar deshabitado y en muy precarias condiciones, llegando a ser peligroso frecuentar dicho lugar debido a los riscos escarpados y las bravas corrientes de agua.

-Me pregunto si me habrá tomado el pelo..... Ese leñador....
Esperándose lo peor el joven se adentró en la cueva.

-Esto está muy oscuro...
En respuesta a la abrumadora oscuridad de la estancia Mario sacó una vela de su bolsa e iluminó aquella angosta caverna, las paredes estaban llenas de marcas de garras, y por las esquinas se podían apreciar pilas de huesos llenos de polvo y telarañas.

-Agh....Que asco...
Conforme avanzaba más tétrica y tenebrosa se tornaba, dándole la sensación de que no debía haberse metido en aquella caverna.

Una vez iluminada Mario pudo apreciar la figura de un pequeño y maltrecho animal.

-Valla parece una cría.
Al acercarse a él este se reincorporó como pudo con sus débiles y temblorosas patas para luego volver a caerse sin fuerzas.

-¿¡Oye estás bien?!
Preocupado por su bienestar Mario lo recogió entre sus brazos abrazándolo con ternura y delicadeza, mientras que el pequeño animal respondía de manera cariñosa al gesto lambiendo su mejilla.

-Valla...parece que tú también estás bastante malherido ¿Eh pequeño? Me pregunto si estará bien ese chico...Bueno algo me dice que ese Leñador esta tan chiflado como la loca esa de la cabaña del cazador.
Con el cachorro entre sus brazos se dispuso a abandonar la cueva. Sin saber que en lo más profundo montones de ojos hambrientos y sedientos de sangre había comenzado a seguirles en su camino de vuelta a casa
y desde el fondo de la caverna se podía oír un extraño murmullo, como si algo o alguien se estuviese acercando hacia ellos.

-Será mejor que nos marchemos de aquí...
Sin mirar atrás Mario comenzó a correr como alma que llevaba el diablo, y detrás suya una criatura de gran tamaño y robustas garras comenzaba a galopar en su busca.

-¡Maldita sea! ¡No encuentro la maldita salida!!!
El ruido de sus garras golpeando violentamente el suelo y sus pesados jadeos comenzaban a estremecer al asustado Mario.

Pero...Desgraciadamente el joven cayó al suelo, al tropezar con una rama de árbol caída y ante él se detuvo aquella criatura sedienta de sangre de amarillentos ojos y pelaje plateado, un lobo....

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