Era la mañana de un sábado Tsuna se había levantado muy temprano y se había encaminado en dirección al barrio de tiendas, aunque su intención no era comprar, le bastaba con mirar los escaparates.
-Hum...valla que precios más desorbitados...y eso que están de rebajas.
Tsuna iba ensimismado hasta tal punto que se chocó con alguien, cayendo tanto el transeúnte como él.
-Ayyyy....Lo siento de veras, no estaba mirando por donde... ¡¿Enma?!
-Oh hola Tsuna....
El accidentado transeúnte no era otro que el reservado y estoico joven de cabellos rojizos, Enma.
Tsuna y Enma decidieron dar una vuelta juntos y aprovechar para pasar un rato entre amigos ya que llevaban tiempo sin verse.Pasearon por muchos y diversos lugares, jugueterías, heladerías, tiendas de ropa y muchas otras tiendas.
-Hacía tiempo que no nos veíamos verdad? -Sí...¿desde la ceremonia de sucesión no?
-Hum...Afirmaba melancólico el joven castaño. -¿Ocurre algo?
-No...solo que recordé aquellas terribles batallas entre los Simons y los Vongola...parece mentira que a día de hoy todo sea agua pasada....
Enma agarró amablemente la mano de Tsuna y le contestó.
-Tsuna....Sabes que somos amigos las diferencias de nuestros predecesores son cosa del pasado...asi que no tienes que preocuparte de nada sabes que si estoy aquí es por tí.
Enma miraba muy fijamente a los sorprendidos ojos de Tsuna quien no tenía palabras para expresar su gratitud hacia su amigo.
-Enma.... -Por cierto Tsuna...-Si?-A donde fuiste la última vez? -Aaah! Ah....ajajajaja ajaja aja claro es verdad....(Mierda...mierda...mierda...mierda)
-¿Te...encuentras bien?
Tsuna había comenzado a sudar y se había puesto blanco ante la peligrosa cuestión de Enma.
-Tsu...-Ayayayayayaya ay estoy bien no te preocupes. Tsuna sonrió incómodo ante la inocente preocupación e insistencia de Enma.
-Si no quieres contármelo por lo que sea solo dímelo y lo entenderé
Tsuna se rindió y le contó todo lo sucedido a Enma, con pelos y señales sin dejarse el más mínimo detalle.
-Kuj.....-¿Eh? -Kujjj...jujujujuju-¡No te rías de mi Jooooo! -Es que me hace gracia ajajajaja.
Enma estaba sonriendo y riendo a carcajadas dejando atrás su lado serio y sobrio, mostrando una entrañable sonrisa.
-No te preocupes vongore Deccimo tu pequeño secreto está a salvo conmigo. Tsuna empezó sonrojandose poco a poco hasta que su cara comenzó a brillar en un tono rojizo casi como el de un semáforo.
-Por cierto cerca de aquí hay una tienda de organización de eventos nupciales...¿Quieres echarle un vistazo? Enma sin dejarle tiempo para responder o pararse a pensarlo agarró a Tsuna y lo llevó arrastras hasta la tienda y una vez allí entraron.
-Sean bienvenidos Señor y señor...Oh vaya ajajajaja sois una parejita muy joven
-Uh? -N..no se equivoca el soloe s un amigo. La mujer reía jubilosa al ver la entrañable vergüenza de Tsuna mientras que Enma dio un paso al frente y aclaró el asunto.
-Si me disculpa se equivoca señorita su pareja no soy yo es un chico un poco mas alto Kyoya Hibari se llam....Hummmfahumffum. -CALLA POR FAVOOOOOOOR NOOOOO!
Tras haberse aclarado el mal entendido, los tres hablaron con mas calma aunque la joven dependienta no podía evitar soltar alguna pequeña carcajada de vez en cuando.
-Y has pensado en el lugar? La primera vez siempre es emocionante, estilo tradicional, en un templo sintoista, o a la occidental los dos de smoking, también hay que pensar en la decoración ramo flores y sobre todo el ambiente en medio de un prado....o en el mar así sería mas romántico aun ejejeje....
-Hummmm..... -No pareces muy convencido -Es que tengo dudas...y si esto está mal..es decir los dos somos parte de los vongola y yo soy el Décimo jefe, ¿eso no estaría mal visto en el mundo de la mafia?
-Tsuna...No dejes que tu posición te diga lo que debes hacer actúa pensando con tu corazón, así es como has hecho hasta ahora.
Las sabias y profundas palabras de Enma resonaron en la mente de Tsuna.
-Tienes razón Enma.
Ambos salieron de la tienda sonrientes pero...al salir ambos del establecimiento....
-¡¿Tsuna?! -¿Kyoya-san? Los ojos de Hibari se enajenaron en furia al ver al joven Simons tan cerca de su tan apreciado tesoro.
-¡KAMIKOROSU! -No espera no le hagas daño, ¡No!
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